Por Ing. Carlos Lozada
El 12 de noviembre de 2021, un hecho político-social sin precedentes marcó la historia de Carache. La llamada «Toma de Carache» se convirtió en la manifestación más grande de un pueblo campesino que anhelaba un cambio real. Pocos en la capital del municipio pudieron imaginar que ese viernes se congregarían miles de personas, unidas por un mismo objetivo: la búsqueda de un futuro mejor.
La chispa que encendió esta llama fue Yohanthi Domínguez, un joven que decidió postularse como alcalde desde las bases, desafiando a tres bloques electorales consolidados. Su peregrinar no fue fácil; recorrió cada rincón de Carache, visitando hogares y caseríos, llevando consigo un mensaje sencillo pero poderoso. Sin elocuencia grandilocuente ni falsas posturas, Yohanthi se presentó como el hombre del pueblo, el humilde que entendía las necesidades de sus compatriotas. Su labor social en la parroquia Santa Cruz fue el cimiento sobre el cual construyó su reputación y, con su carisma innato, logró conectar con cada campesino que lo escuchaba.

El eco de su llamado resonó en cada casa. «Radio Bemba» hizo su trabajo; la noticia corrió como pólvora: «El 12 de noviembre, los campesinos tomamos Carache». Y así fue. Venían de todas partes, en camiones, a caballo, a pie y en bicicleta. La concentración en el Monumento al Gran Cacique Karachy fue monumental, una caravana sin precedentes que atravesó el corazón del pueblo. Aquellos que no conocían a «El Chaperudo» ese día se dieron cuenta de que un cambio inevitable estaba en marcha.
Han pasado tres años desde aquella jornada histórica, y aún se siente en el aire la emoción de aquel día en que los humildes trabajadores del campo se atrevieron a alzar la voz. Yohanthi Domínguez se convirtió en alcalde, y su apodo, «El Chaperudo», es sinónimo de esperanza y transformación. Su gestión ha revolucionado la política en Carache, rompiendo esquemas y acercándose a su gente sin distinciones partidistas. Conoce sus preocupaciones, sus sueños y sus luchas diarias.
La «Toma de Carache» no solo fue un acto político; fue un grito colectivo que resonó en cada rincón del municipio. Los campesinos se atrevieron a soñar y a luchar por un futuro diferente. Hoy, bajo el liderazgo de «El Chaperudo», esos cambios son palpables. Las bases sociales, forjadas por el trabajo arduo y la dedicación, son ahora el motor que impulsa el desarrollo del pueblo.
El legado de aquel 12 de noviembre perdura y seguirá siendo recordado por generaciones. Yohanthi Domínguez ha demostrado que la política puede ser diferente, que puede estar al servicio del pueblo y no al revés. Sigamos apoyando su camino junto a su gente, porque Carache ha despertado y no hay vuelta atrás. Los humildes trabajadores del campo se atreven a seguir soñando y construyendo un futuro juntos, de la mano de «El Chaperudo». ¡Viva Carache!
