Por Carlos Lozada
Carlos Lozada (CL): Señora Yolimar, ¿cómo describiría a su hijo?
Yolimar Mendoza (YM): Es responsable y humanitario.
CL: ¿Cuál sería la característica que menos le gustaría que tuviera su hijo?
YM: Con determinación, le expresaría que no me gustaría que se convirtiera en una persona arrogante.
Estas fueron solo dos de las preguntas que tuvimos el placer de hacerle a Yolimar Mendoza, la mamá de Franklin Bravo, un niño carachense de 11 años que ha logrado destacar como parte de la selección del estado Trujillo en béisbol infantil. Adentrémonos en su historia.

La señora Yolimar nos cuenta: «Franklin comenzó jugando fútbol con sus amigos, solo para pasar el rato y divertirse, como todo niño.» Sin embargo, a los nueve años, su interés se volcó hacia el béisbol, comenzando su práctica bajo la tutela de sus entrenadores Javier Castillo y Kiler García. Desde entonces, Franklin ha iniciado un brillante camino en el béisbol, jugando la posición de receptor. Aunque es un poco bajo de estatura y contextura, esto no ha sido un impedimento para sobresalir en una posición tan exigente. Sus entrenadores le han recomendado hacer ejercicios para desarrollar su físico.
Cuando le preguntamos a Franklin sobre sus equipos preferidos, responde con entusiasmo: «Leones del Caracas y los Bravos de Atlanta.» Y al indagar sobre su jugador favorito, sus ojos brillan al exclamar: «¡Ronald Acuña!»

Le preguntamos al pequeño receptor cuántas veces ha representado al estado Trujillo y nos dice: «Dos veces, y me siento orgulloso por eso.» Al escuchar esto, una sonrisa de satisfacción se dibuja en el rostro de su madre.
El entrenador trujillano Jhonatan Salcedo lo llamó a formar parte de la selección tras verlo jugar en Boconó. Franklin es el menor de cuatro hermanos y el único varón. Vive en el sector San Juan de Carache, donde sus tíos también practican béisbol a nivel aficionado. Sus hermanas, Breyli Argüello y Yorjevis Argüello, lo han apoyado incondicionalmente en su desarrollo como pelotero. «Franklin cuando juega béisbol se convierte en el centro de nuestras alegrías», nos comparte su mamá.
Yolimar nos cuenta que han cubierto los gastos relacionados con el béisbol de Franklin haciendo rifas y ahorrando. Sin embargo, Franklin también contribuye; en sus ratos libres ha trabajado como recolector de tomates en una vega de Las Adjuntas, logrando reunir $55 dólares para sus gastos.
Durante la entrevista, ambos lucen orgullosos sus uniformes. La madre de Franklin expresa con ternura: «Todo esfuerzo tiene su recompensa» y no cabe duda que para esta humilde familia, bien vale la pena.
Al preguntarle a Franklin hasta dónde quiere llegar en su carrera deportiva, él responde con determinación: «Llegaré muy lejos, señor Carlos.» Su actitud llena de esperanza me saca una sonrisa.
Próximamente, Franklin representará a la parroquia Carache en los Juegos Interparroquiales. Su madre nos dice: «Quiero felicitar al Alcalde Yohanthi Domínguez por su apoyo a estos juegos, que brindan a niños como mi hijo la oportunidad de jugar y destacarse.»
Con historias como la de Franklin Bravo y el apoyo incondicional de su familia, queda claro que el futuro del béisbol carachense tiene un brillante potencial por delante. Franklin es un ejemplo de constancia; no sabemos hasta dónde llegará este pequeño receptor, pero para su mamá y sus hermanas, lo que realmente importa es el presente. Si las ven ofreciendo una rifa, apóyenlas y brinden su mano al orgullo familiar. Y si observan a Franklin trabajando en alguna vega, no duden en detenerse y ofrecerle una palmada de aliento. Un humilde se levanta para orgullo de la tierra de la amable libertad.
