Por: José Gregorio Torres.
Preocupa que nuestra sociedad se esté convirtiendo en una sociedad de personas que a pesar de ver y palpar los casos que atañen a nuestros niños, se hagan de la vista gorda o ignoren los problemas infantiles como si esto no esto les causará ningún tipo de importancia, mucho más cuando de niños en condiciones especiales se trata y que por lo que pareciera su futuro está destinado a la deplorable condición de la calle, y es que lo más grave de todo esto es que no somos capaces de imaginarnos que un caso de estos pudiera ser vivido en nuestras propias familias. Pero, sin embargo, no todos actúan de la misma manera, porque para bien de nuestra sociedad también existen personas de buen corazón que llegan como ángeles para salvar esa parte de nuestra sociedad y que gracias a esos seres podemos decir que todavía estamos a tiempo.
He querido tocar este tema porque con dolor me traslada a un caso muy sonado que sucedió en Carache en los años noventa y que al final solo nos quedó en la conciencia que hubiese pasado si aquella niña hubiese sido asumida por el estado, para protegerla de la calle y de todo lo que en ella se encuentra, desde un perro rabioso, pasando por un motorizado o un conductor irresponsable hasta llegar al asesinato, como fue el caso de La Machaquita al cual me refiero y que nunca determinó cuántos y quiénes fueron sus asesinos cosa atroz que para ser un pueblo culto y apacible reflejo para la sociedad, de entonces que en esas calles de Carache también hay seres despiadados y carentes de la más sensible humanidad.
Viene a colación este tema por lo que presuntamente ha sucedido hace pocos días con un niño quien según lo que se sabe, sin confirmar habría sufrido daños en su piel a causa de haberse impregnado de bitumen o petróleo líquido, cuando se quedó dormido dentro de un estanque ubicado en la comunidad de La Morita en la parroquia Carache, un niño de unos diez y seis años de edad, con dificultad para hablar (mudo), este niño del que desconozco su nombre y el que al verlo en la calle a diario sin representante, hace pensar que no tienen familia o que poco se ocupan de su bienestar, y que lamentablemente si no se toman medidas para protegerlo seguramente pudiera ser víctima de personas malintencionadas y de mente enferma, por lo que el llamado de atención es a las autoridades para que se aboquen junto a sus familiares en la protección de este niño a quien por su condición se debe atender de manera inmediata, con el respaldo de la sociedad carachense. Ojo, a última hora supimos que, gracias a las diligencias de los órganos de protección, el niño ya se encuentra en su hogar en proceso de recuperación.

