Por José Gregorio Torres 

Una gran polémica ha generado la situación presentada por la reactivación de la Biblioteca Publica Don Luis Sáez, sin duda que el principio de honor más importante para los caracheros, desde que se inició la polémica, fue como lograr que este importante espacio dedicado a la lectura, a la investigación y la educación, pudiera ser devuelto a la sociedad Civil, a los estudiantes y a la comunidad intelectual de Carache, siendo estos principios elementales para que la sociedad carachense nutra su intelecto, su conocimiento y salvaguarda de su historia, este templo sagrado reservado para quienes entendemos la lectura como la base del conocimiento en el hombre, hoy nos crea la razonada y justificada duda de si en el fondo esto es lo que se pretende con la puesta en funcionamiento de este importante espacio público.

Posiblemente, la historia tendrá que reseñar quienes asumimos una postura clara con respecto a este lamentable episodio, en el que la politiquería pudo más que la razón y la lógica, en primer lugar, porque quienes conocemos las goteras de la casa somos quienes la habitamos, pero si a esto contribuye el poder político, la ignorancia, el resquemor, la politiquería y otros elementos enemigos de la justicia, la razón y la verdad, pues poco puede hacer Juan Bimba, para hacer entender a quienes como dice la biblia, se empeñan en ser necios y contra esto el sabio opta por dejar que el tiempo haga su trabajo y que todo caiga por su propio peso. Con vergüenza puedo decir que pocos han manifestado cómo lo hacíamos antes, cuando El Gañán de mi pueblo se sentía perseguido por los cuerpos de seguridad del Estado, y aun así luchábamos por las causas justas, pero eran otros tiempos. Hoy, por politiquería, ninguna institución aliada, ha manifestado nada al respecto, solo política. 

La Contraloría Social seguirá en la observación y una parte del el pueblo que tiene sabiduría y que es la mayoría, dará finalmente su veredicto, puesto que quienes pudieran moralmente reclamar el derecho de opinar y reclamar, solo por tener intereses en el gobierno, se limitan a aupar detrás de la puerta de sus aposentos, poniendo con su degradante actitud en vergüenza y ofensa, el esfuerzo, el sueño y los logros de personajes como: José de Jesús Román, Luis Sáez, Nemesio Sáez, Minumboc, José Juan Rodríguez, José de Jesús Montilla, Josefa María Román, y tantos otros ilustres de Carache, quienes hoy son tristemente menospreciados por intereses que no tienen más apoyo que los de su propia gente, donde la cultura está ausente y el amor al conocimiento no es más que un tema superfluo y vano que desdice al final de cuáles en verdad son los intereses de fondo al adueñarse de un espacio sagrado para la educación, para el conocimiento y el encuentro literario, y más aún sin contar con los requerimientos mínimos para encauzarla. Al final será la contraloría Social quien descubra cuanta falsedad y mentira puede existir en este acto que en sus inicios quiso ser recuperado para darle la majestad y el respeto que amerita este como ambiente para impartir el conocimiento, más hoy cuando hace algunos días se celebró el Día del Libro y la Intelectualidad.

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