Por José Gregorio Torres
Pese al seguimiento de la Contraloría Social y ante la carencia de información clara hacia la comunidad por parte de los responsables, se hace necesario este nuevo llamado de atención en el caso de las Ambulancias del Cuerpo de Bomberos de Carache, la que luego de casi dos años continúa fuera de servicio. Y es que en el caso de este municipio, es vital en momentos de emergencia, bien por su ubicación geográfica, así como por las pocas ambulancias que posee, es innegable la necesidad de que estás unidades de traslado se mantengan con la operatividad y disposición, puesto que ya hemos vivido la experiencia de ver cómo sufren los pacientes y familiares a la hora de hacer uso de un traslado, desde esta localidad hasta los principales centros de atención como Trujillo en donde se encuentra la atención especializada según sea la emergencia, situación que amerita de ser necesario un operativo para apoyar económicamente al Cuerpo de Bomberos de Carache, y así lograr recuperar lo más pronto posible estás unidades tan necesarias.

Aunque este nuevo llamado de atención seguramente generará incomodidad y molestias por parte de quienes tienen el deber y la responsabilidad de garantizar la puesta en funcionamiento de estas unidades, se hace necesario recordarles que es imperante que asuman la urgencia del caso, pues cada día son menos los servicios de ambulancias presentes en incontables circunstancias, situación que agrava aún más la precaria economía de quienes se ven en la necesidad de requerir de un traslado.
Ya nos parece que la negligencia con la que se ha manejado este asunto de la ambulancia del Cuerpo de Bomberos, está llegando a los extremos, pues no sé entiende que luego de casi dos años aún no se haya solventado el problema y que ninguno de los responsables haya salido a informar sobre la situación en la que si se hubiese actuado a tiempo, ya se hubiese logrado la solución, pues ya no es una, sino dos ambulancias las que se encuentran fuera de servicio, con el agravante de que para el arreglo de las mismas, se han triplicado o cuadruplicado sus costos de reparación.
Ante esta situación es que se hace necesario insistir en la solución del problema, ya que ante la colectividad la persistencia del problema es una clara actitud negligente por parte de los responsables, quienes no han asumido los costos en vidas, ya que irónicamente se trata de un cuerpo que debe garantizar la seguridad y la atención de toda una comunidad y pensar en cuántas personas por falta de este servicio, no han podido ser atendidas oportunamente, con el riesgo permanente que ello significa en vidas. Situación que podría solventarse si se logrará sumar a la comunidad en un operativo de recuperación de estas unidades y que estamos seguros no se negaría a colaborar.
Ojalá este nuevo llamado de atención no genere, como el primero, molestias por un reclamo justo de un problema que ya excede en tiempo y que es necesario que se solvente en bien de toda una comunidad.