Por José Gregorio Torres
A Emmanuel Roa, lo conocemos desde sus años como estudiante de bachillerato en el Liceo Juan Antonio Román Valecillos, su condición de ser un adolescente introvertido, curioso y educado, permitió que en esos años se le encomendara responsabilidades que sin lugar a dudas asumió con la seriedad de cualquier adulto Era un joven presto para cualquier servicio y su personalidad, a pesar de su edad, lo ubicaba entre los pocos jóvenes serios que buscan aprender cosas útiles para sumar a sus andanzas juveniles, pero que le garantizarán una definición de lo que en el futuro pudiera servirle, mejorando su condición de ciudadano y de persona útil a la sociedad. Fueron muchos los momentos en los que compartimos tertulias mientras se platicaban fiestas y eventos importantes para nuestro municipio, fue monaguillo, asistente del director de cultura, colaborador ad honorem de los Carnavales de Carache, guía turístico, entre otras responsabilidades como líder estudiantil.

Enmanuel no fue un niño común, pues entre su crianza rodeada de una espiritualidad evangélica, optó por su propia voluntad y en contra de su familia, realizar su formación católica y ya siendo un adolescente consciente hizo su primera comunión y su confirmación, siempre consciente de su determinación, actitud que lo haría ganarse el respeto de quienes le conocen, pero además Enmanuel, estaba claro que su futuro se encontraba fuera de Carache como la mayoría de sus compañeros, y, por tanto, luego de salir del Bachillerato asumió que Caracas era su destino inmediato, donde ya tenía sus contactos para empezar su carrera universitaria, y así lo hizo luego de regresar exitosamente de sus estudios secundarios y recibir orgullosamente su título de Bachiller, partió a la gran capital donde actualmente desarrolla su actividad.

Por situaciones que se presentaron y las que no esperaba, para sobrevivir optó por pagar su servicio militar, pues este le garantiza su residencia estable y la alimentación diaria, sabia decisión, lo cual a su vez aprovechando sus capacidades e inteligencia logrando durante ese tiempo prepararse en el área de turismo donde adquirió no solo reconocimientos, sino la experiencia necesaria para emprender el camino que ya se había planteado y en el que ya tenía cierta experiencia, siempre pensando cómo aplicarla de manera retributiva a su pueblo adoptivo Carache. En la actualidad Enmanuel se encuentra ejerciendo civil e independientemente está profesión y nos comenta desde la capital en su oficina ubicada en el edificio La Previsora, que sueña con ver a su Carache, promoviéndose como el destino turístico que siempre ha sido, pero el que necesita obligatoriamente de apoyo no solo económico sino de políticas ciertas para su desarrollo, pues tiene lo primordial que es su potencial histórico, cultural y turístico además de ser un municipio agrícola por excelencia. Finalmente, quiero decir que Enmanuel Roa, es un joven profesional que es ejemplo para las actuales y futuras generaciones, por sus claros conceptos sobre las responsabilidades que se debe tener y asumir con el país.