Por Javier Lugo
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Si tuviésemos que hablar de un caballero, de un señor y de un carachero ejemplar, sin duda alguna y obligatoriamente tendríamos que hablar de Don Emiro Cañizalez, y no por su condición social de empresario del sector farmacéutico, sino por su condición de persona, de decencia, de cultura y de buen ciudadano que siempre mostró hacia todos sus coterráneos sin importar de quién se tratase.

A Don Emiro Cañizalez, lo conocí desde que tengo uso de razón, como vecino nuestro en la Av. 2 San Juan de Carache, hasta el año 2023 que habitamos en esa locación, siempre lo recuerdo como una persona de actitud serena y sobria, a la cual le acompañaba un distinguido y minimalista saludo, “Como Amaneció”, “Buenas Tardes” o respondiendo al mismo con su “Bien gracias y usted”, siempre fue un señor amable, pero reservado, de actitud solitaria por voluntad propia, ya que siempre le vimos conversando con diferentes personas que se acercaban a él, pero que nunca acostumbro el ser una persona de grupos.

Don Emiro Cañizalez en sus tiempos mozos. Foto: Cortesía.

Con Don Emiro, tuve la oportunidad de hablar de forma extensa el pasado año 2023, para plantearle un tema de negocios que para ese momento me encontraba realizando, si bien era un tema muy puntual, fue una conversación larga, agradable y gratificante, pues a pesar de ser vecinos de toda la vida, nuestro trato siempre estuvo centrado en un saludo cordial, siendo esta la oportunidad que nos permitió hablar de una infinidad de temas que pasaron por la historia, los negocios y la vida en general, una conversación enriquecedora y de intelectualidad, que también dejó en mí un profundo sentimiento de tristeza, ya que también pasó por la confianza que me mostró al contarme sus ya crecientes problemas de salud.

Hoy al despedir al hombre que fue un icono del comercio farmacéutico de Carache durante mediados y finales del siglo XX y principios del siglo XXI, podemos afirmar con toda seguridad que su memoria quedará ineludiblemente como tal en los anales de la historia de esta “Tierra de la Amable Libertad” queremos recordarle como lo que fue y lo que será para la memoria de este pueblo “UN CABALLERO A TODA PRUEBA” y un ejemplo de persona y de gente para toda la población, en especial para todos aquellos comerciantes y empresarios locales, que deben ver en la personalidad de Don Emiro Cañizalez, un ejemplo a seguir, ya que el dinero no hace gente, pero el comportamiento, la cultura y el civismo sí.

Igualmente, quiero aprovechar este espacio para hacerles llegar a su esposa, la  Sra. Rosario, a sus hijas Rosy y Rosmira, a sus hermanos Jesús Adolfo, Tata y Ana María, así como a todos sus familiares y amigos, mis más sinceras condolencias ante tan irreparable pérdida.  

¡HASTA SIEMPRE, DON EMIRO, HASTA UN PRÓXIMO ENCUENTRO MÁS ALLÁ DE ESTE PLANO TERRENAL!  

Don Emiro Cañizalez, una huella imborrable para la historia de Carache. Foto: Cortesía.

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