Por José Gregorio Torres
Si bien Carache se encuentra muy lejano de la cultura Jamaiquina, no podemos negar la influencia que han ejercido los medios de comunicación masiva en nuestros jóvenes, como es el caso del Internet, considerando que no es sino a partir de los años 80, en que Carache inicia su era de la comunicación masiva, con la TV a color y la telefonía residencial con conexión internacional, ya que hasta ese entonces, solo existía una central telefónica donde una operadora se encargaba de poner en contacto a los pocos beneficiarios del recordado teléfono negro de manigueta y baterías. «Por favor, comuníqueme con el número tal», o a la inversa, recibir una llamada donde la operadora consultaba si podía recibir llamada por cobrar desde un número determinado.
Así comenzó la era más moderna de la comunicación a finales del siglo pasado, y la que fue superada, de manera casi inmediata, por la era digital y celular, pues luego de dos decenios, se impone el internet, comunicación masiva no solo con el país, sino y más importante con el mundo entero. Es allí donde se enfoca la curiosa historia de Jesús Hernández, un joven adolescente del nuevo siglo, con limitadas condiciones como cualquier otro joven de su edad, que se siente fuertemente identificado con una cultura para muchos desconocida, pero que en él se ha marcado de manera muy profunda, quizás por su vínculo genealógico con un personaje nuestro muy querido, como lo fue Leandro Izquierdo, hombre que en su condición ingenua fue predigitador y de virtudes extrasensoriales y espirituales, poco común en nuestros habitantes, ya que se dice, fue un niño que a finales del siglo XIX, lloro en el vientre de su madre. Y que por alguna razón hoy, en su tercera generación, nos quiere recordar que el próximo 11 de mayo se cumple un año más del fallecimiento de este artista y héroe jamaiquino.
Jesús es un joven tímido, pero claro en sus convicciones, su pasión por conocer la historia de este controversial héroe Jamaiquino, es apasionante y por eso lo descubrimos en los pasados carnavales de Carache, cuando venciendo su timidez, quiso hacer homenaje a este BOD MARLEY, personaje de fama mundial, propulsor del movimiento Rastafari, poco conocido en estas regiones lejanas del globo terráqueo, pero que no por ello carece de valor tan hermoso gesto, ya que Jesús, pudiera ser un personaje que en la ciudad, pasara desapercibido y hasta ser confundido, pero para quienes le conocemos en Carache, es indiscutible que tiene su identidad propia, en el que pudiéramos descubrir muchos talentos más allá de su personalidad. Por ahora Jesús, a sus 22 años, quiere seguir estudiando, pues es bachiller de la República, pero por falta de una computadora sus estudios se han limitado. Ojalá alguien pudiera ayudarlo, Jesús, o el Bood Marley carachero, hoy nos recuerda a ese personaje universal que con sus composiciones de protesta quiso enviar al mundo, un mensaje de paz y de amor, mensaje que sin duda ha calado en la personalidad de nuestro apreciado joven Jesús Hernández.


