Por Ing. Carlos Lozada.
El papel fundamental de un político radica en la efectiva transformación de la realidad. Para lograr este propósito, es esencial contar con una organización clara, estar dispuesto a forjar alianzas estratégicas y construir una fuerza real que permita competir por el poder. En la actualidad, esta labor recae en la oposición venezolana, la cual debe subrayar la importancia de la negociación política con el adversario y aprovechar las oportunidades para infiltrar gobiernos autoritarios como el de Venezuela.
Es imperativo aprender de las experiencias pasadas, evitando repetir los fracasos del 2005 y 2018, así como el descalabro del gobierno interino. La negociación, aunque pueda resultar incómoda, es crucial en este proceso. En la actualidad, cobra relevancia la frase «votas pero no eliges», la cual podría convertirse en una excusa para retornar al camino de la abstención. Es fundamental tener presente la importancia de contar con un candidato definido para el 28 de julio, en lugar de depender de la providencia y el realismo mágico a tan solo 10 días antes de las elecciones. Esta responsabilidad recae en los políticos, quienes deben hacer todo lo posible para garantizar una representación clara y efectiva.
En tiempos de desafíos políticos, es fundamental recordar que la construcción de un futuro mejor requiere de decisiones valientes y acciones concretas. La responsabilidad de los líderes políticos es trascendental, pues recae en ellos la tarea de ofrecer alternativas claras y representativas para el pueblo. El compromiso con la construcción de un futuro democrático y próspero debe ser el norte que guíe las acciones de aquellos que aspiran a liderar un cambio significativo.
