José Gregorio Torres

Foto: Cortesía.

La historia de la Biblioteca y salón de lectura Don Luis Sáez hoy pasa por la peor etapa desde su creación, una mancha indeleble que está a punto de marcar un antes y un después de la pandemia y de la revolución, pues es necesario conocer la historia para poder decir con moral si está bien o está mal lo que en estos últimos años ha venido aconteciendo, pues desde 1982 fecha en que se inaugura en el Gobierno de Luis Herrera Camping, (cuarta República) hasta el año 2014 de la revolución, el funcionamiento de esta Institución formaba parte de los salones de lectura más activos del Estado, prestando servicio a una población que por historia y cultura tiene el hábito de la lectura, dedicada a la asesoría, a la investigación, al esparcimiento y orientación de niños jóvenes y adolescentes, estudiantes bachilleres y universitarios, toda una garantía de apoyo a la educación a la cultura y al fortalecimiento de la intelectualidad del carachense, méritos que sin duda, deben estar registrados en los libros de la biblioteca pública y redes de Bibliotecas del Estado Trujillo y Nacional, nada que pueda ser negado y manchado con oscuros intereses que desdicen y desdibujan la realidad y la verdad de una noble institución en la cual hoy se pretende anexar otra que en nada tiene que ver con lo que es una biblioteca o un salón de lectura, alterando su esencia y sus principios pedagógicos 

Todos saben que esto que hoy sucede con el problema de la Biblioteca y que se inició cuando los gobiernos del actual sistema socialista, en las dos administraciones anteriores (corroborando por las fechas), permitieron el cierre técnico de esta, por las causas que cada una de las dos administraciones, Sogel Sallam y Margarita Moreno, puedan esgrimir y justificar, tiempo en el que se dejó de prestar el servicio, por lo tanto, moralmente, no pueden pretender achacarle a la actual administración de Yohanti Domínguez algo que sucedió de manera irresponsable en las administraciones anteriores, y que involucran precisamente a los que hoy protagonizan el secuestro de esta Institución, creada bajo la administración del entonces Concejo Municipal del distrito Carache. 

Es importante, en primer lugar, considerar que fue durante los gobiernos democráticos

de Nixon Montilla Ruiz, cuando más apoyo se le dio a este proyecto, nacido de mentes jóvenes, estudiantes y comunidad culta de Carache, y que con el apoyo profesional de una Carachera como fue la Lcda. Josefa María Román, que esta institución logro sus mejoras con el apoyo decidido de la municipalidad, la cual mantuvo la nómina de sus trabajadores y mantenimiento de dicha infraestructura por más de treinta años y la que fue construida sobre terreno de la municipalidad. Consideraciones que dan a esta el primer derecho a su ocupación y apertura.  

Por otro lado, constitucional y moralmente el espíritu de la corresponsabilidad y mancomunidad compartida en derechos iguales, y finalmente considerar la esencia y profesionalismo con el cual se debe asumir logros tales como la sala infantil en la cual se pretende colocar otra institución no acorde con lo que debe ser una Biblioteca y salón de lectura, pues claramente se sabe de las actividades que se pretenden realizar en ella entre las que se cuentan el Uno por diez, actividad que es promovida abiertamente por el partido de gobierno, ahora esperamos respeto para quienes trabajamos en la cultura y en la lucha social.

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